¿Encuestadora de Sheinbaum engaña a Brugada?

Dos datos muy significativos parecen suficientes para desdeñar la encuesta que acaba de difundir Enkoll sobre las supuestas tendencias electorales hacia el 2 de junio en la Ciudad de México. FOTO: X / Brugada

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea


Dos datos muy significativos parecen suficientes para desdeñar la encuesta que acaba de difundir Enkoll sobre las supuestas tendencias electorales hacia el 2 de junio en la Ciudad de México. Esto debería llevar a Clara Brugada y al medio internacional que publica los estudios de opinión pública –ni modo de pensar que es inserción pagada–, a reflexionar sobre la falta de credibilidad y el desprestigio que les pueda generar su difusión.

El primer dato estadístico es el enorme porcentaje de rechazo a la encuesta, –44.3%–, rubro que a lo largo de la historia los encuestadores han utilizado como vil pretexto ante sus errores, sesgos y cuchareos, pues argumentan que en la no respuesta estaba el voto oculto que al final se fue con la oposición. Desde su enorme fracaso en el 2000 es la misma historia en cada elección: errores, horrores, excusas. Por eso no les creen.

Un ejemplo muy cercano es la elección del Estado de México de 2023, donde fallaron terriblemente las encuestadoras de siempre y las de aparición reciente, que curiosamente son las mismas que le armaron un cerco a Brugada en la interna, según se quejaba su equipo: Parametría, Mitofski, Buendía y Laredo, Enkoll, Mendoza Blanco, De las Heras, Inteligencia de Mercados, Electoralia, Demoscopía Digital, Covarrubias y Asociados.

En la encuesta difundida este lunes por Enkoll le atribuyen a Brugada el 49%, contra el 35% para Taboada. En su informe metodológico dicen: “Este estudio reporta un margen de error de alrededor del +/- 3.5% –es mayor, porque sólo hicieron 806 entrevistas y casi la mitad son telefónicas–, con un nivel de confianza del 95% en los principales indicadores”.

Pero el dato clave que pocos saben leer: “La tasa de rechazo del estudio es 44.3%”. Es decir, sólo 56 de cada 100 personas aceptaron responder la encuesta, lo que abre una enorme laguna de voto oculto.

En Morena deben saber, –y si lo desconocen, están perdidos– que precisamente las clases medias y altas ocultan su voto no respondiendo encuestas, como pasó en el 2021 y por eso no se dieron cuenta de que iban a sufrir la peor derrota en la historia de la izquierda en la CDMX. A ese 44.3% que rechazó la encuesta de marras, hay que añadir que, de quienes sí la respondieron, el 13% no expresó preferencia. La media ronda el 20%.

Enkoll también incurre en una aberración de muestreo. Dicen que en las 9 alcaldías que gobierna la oposición realizaron 373 “encuestas vía telefónica”. Son Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa de Morelos, Cuauhtémoc, La Magdalena Contreras, Tlalpan y Miguel Hidalgo.

Hay un error muestral enorme, porque en su reporte dicen: “Las unidades primarias de muestreo (UPM o conglomerados) para cada una de las entidades fueron conjuntos de hasta 100 números telefónicos consecutivos con un mismo código de serie y de área, según lo especificado en el Padrón Nacional de Numeración”. Eso fue un vil copy-paste del informe de sus presuntas encuestas nacionales, porque en este caso son demarcaciones locales. En la CDMX los números comienzan con 55, pero no hay manera de distinguirlos de entre esas 9 alcaldías y las 7 del oriente que gobierna Morena, en que levantaron 433 cuestionarios cara a cara, con el sesgo que implica un bloque contra el otro, peras con manzanas.

Por cierto, no hay que olvidar que para la interna presidencial de Morena, Marcelo Ebrard vetó a Enkoll por ser encuestadora de Claudia Sheinbaum. Hoy, sus resultados, más que beneficio, le pueden hacer un grave daño a Brugada, porque la engañan. Lo veremos.

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