Coyoacán: arroz cocido

La desesperación de la candidata de Morena a la Alcaldía Coyoacán, la ex priísta Hannah de Lamadrid, ha llegado al grado de –literal– tirarse al piso. El jueves pasado posteó un video en sus redes sociales en el que está acostada en el andador de una unidad habitacional. ¿Para qué? Solamente para llamar la atención. FOTO: Especial

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea


La desesperación de la candidata de Morena a la Alcaldía Coyoacán, la ex priísta Hannah de Lamadrid, ha llegado al grado de –literal– tirarse al piso. El jueves pasado posteó un video en sus redes sociales en el que está acostada en el andador de una unidad habitacional. ¿Para qué? Solamente para llamar la atención. No viralizó el post, pero sí tuvo muchos comentarios. Entre otros, llamó la atención una frase que ha utilizado el presidente Andrés Manuel López Obrador: “En política se puede hacer de todo, menos el ridículo”.

De Lamadrid compite por tercera ocasión por la Alcaldía Coyoacán (antes Delegación). En 2015 y 2018 la abanderó el PRI, en esos días que tenía cercanía con el presidente Enrique Peña, con quien colaboró en su gobierno en la SEP. Como candidata de Morena, el partido en el poder, se esperaría que tuviera más posibilidades, pero no es así.

De Lamadrid tiene enfrente a Giovani Gutiérrez, candidato de la coalición Va X La Ciudad de México, un adversario sumamente difícil de ganarle por varias razones. La primera: desde el 2000 que se elige delegado o alcalde en Coyoacán, nadie como Giovani había tenido tan elevada votación: ganó con el 53.5% de los votos, casi 20 puntos por sobre el abanderado de Morena, Carlos Castillo (36.4%).

La segunda razón: a dos años y medio de su gobierno Giovani mantiene elevados niveles de aprobación. Hoy, las principales encuestas lo ubican cerca del 50% en preferencia bruta, y hasta el 60% en preferencia efectiva (eliminando indecisos).

Parte del éxito de Giovani es su formación profesional: administrador. Sabe hacer rendir el presupuesto, redistribuirlo, es organizado. Al mismo tiempo, sabe que esa labor implica el trabajo en territorio. Durante su gobierno ha caminado las calles, por lo que ahora a la gente no se le hace extraño verlo pidiendo el voto. Construyó una estructura electoral que incluso devoró a buena parte de la de Morena.

Esto, por supuesto, lo tienen muy claro en la dirigencia de ese partido en la Ciudad de México, que encabeza Sebastián Ramírez, pero sobre todo Gerardo Villanueva, quien con poco ánimo, empujado por Martí Batres, su jefe político, tuvo que competir por la candidatura de la Alcaldía, rogando no obtenerla, pues sabe que Giovani es casi invencible.

Ahora Villanueva ha simulado que hace campaña con Hannah, pero los liderazgos de su estructura electoral, las bases, no están de acuerdo con ella, porque la ven como una imposición.

Además de lo anterior, en algunos momentos pareciera que Hannah, en lugar de sumar, resta. Por ejemplo, le organizaron un desayuno con René Bejarano, ella se sentó a su lado, agradeció el apoyo que le ofrecieron, y días después lo ninguneó. ¿Entonces para qué aceptó la reunión?

También le ha dado sus machucones a Sebastián Ramírez: la semana pasada en una reunión con la dizque “Ola Azul”, Hannah recordó que fue candidato a diputado en un distrito de Coyoacán, en 2021. El Sebas perdió. ¿Para qué recordarle una historia que seguro avergüenza al presidente de Morena en la CDMX?

El colofón de lo que puede ser un desastre de campaña, es que a Hannah no la han apoyado con recursos, ni siquiera para repartir utilitarios, tipo gorras, bolsas, playeras. Quienes le acompañan en sus pocos recorridos por las calles reparten propaganda… ¡de Claudia Sheinbaum!

Coyoacán parece ya es arroz cocido para Giovani, quien ahora busca ser de las demarcaciones que más votos le sumen proporcionalmente a Santiago Taboada y a Xóchitl Gálvez. Lo veremos.

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