La jauría de Sheinbaum

Cuando el martes por la noche, el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, pidió a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, que “frenara su jauría”, dice que no pretendió ofenderlos, pues utilizó la segunda acepción del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española para esa palabra.

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea


Cuando el martes por la noche, el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, pidió a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, que “frenara su jauría”, dice que no pretendió ofenderlos, pues utilizó la segunda acepción del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española para esa palabra.

Jauría es el “conjunto de quienes persiguen con saña a una persona o a un grupo”, lee Monreal la definición, tras preguntarle sobre esta expresión, soltada en su cuenta de Twitter minutos después de que la gobernadora Layda Sansores acusó en su programa “Martes del Jaguar”, que el zacatecano y sus 14 hermanos poseen 48 propiedades.

Evidentemente, para Monreal, la gobernadora de Campeche es integrante de esa “jauría. Ya no da nombres de otros miembros. “¿Y quiénes más? Pues es fácil verlos, las redes de Twitter, ver la composición de las redes”, dice.

La jauría hoy actúa en contra de Monreal, porque en una primera etapa lo que buscan es que se vaya del partido. No quieren correrlo para no catapultar sus posibilidades en 2024, pero es una guerra que ha ido de la baja intensidad, a mediana, y seguro muy pronto arreciará y se irán con todo.

En este contexto, Monreal analizará en diciembre, acabado el periodo ordinario de sesiones, después del día 15, cuando tome una decisión de si ya se va de Morena.

Si Monreal renuncia al partido o lo expulsan, acaso el principal afectado sería el propio gobierno de la autodenominada 4T, pues podrían perder la mayoría absoluta en el Senado, donde Morena, junto con sus aliados, alcanza 71 senadores (60 morenistas; 6 del PVEM y 5 del PT) de 128.

Ayer, en una conferencia de prensa, acompañaron a Monreal 14 senadores más él. Es decir, tiene a 15, por lo que si renuncia a Morena y este grupo se va con él, la bancada y sus aliados quedarían con 56 legisladores. Perderían la mayoría absoluta, con lo que podría haber una parálisis legislativa hacia el último tramo del gobierno de López Obrador.

Por eso es que Monreal dice que esto de atacarlo es un “camino sin retorno. Quienes diseñaron esta estrategia con asesores extranjeros no saben la conclusión; y la conclusión normalmente cuando hay este tipo de divisiones y purgas, es que el movimiento se disuelva y no se logre la ratificación del triunfo electoral. Pero allá ellos, son los que han iniciado esta guerra, y ni nos vamos a dejar, ni nos vamos a rajar”.

La prospectiva es que una vez Monreal fuera de Morena, los grupos radicales del partido, que son los que apoyan a Sheinbaum, se lanzarían con todo contra Marcelo Ebrard, quien le disputa las preferencias a Sheinbaum.

Pero no quedaría ahí. Sin importar quién de los tres, (ya incluyendo a Adán López) fuera el candidato, el paso siguiente sería previsible: que se destruirían entre ellos.

A propósito de la guerra sucia que Monreal denuncia que padece en redes sociales, mandó a elaborar un estudio de cibernética forense para demostrar que provienen de Sheinbaum e incluso son pagados con recursos públicos. Es una indagatoria más o menos parecida a la de 2006, cuando documentó que desde correos oficiales, utilizando los equipos de cómputo e internet de oficinas de gobierno, se enviaron más de 5 millones de mails de guerra sucia contra López Obrador.

En aquel entonces, los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón archivaron las denuncias de Monreal. Si la 4T es distinta, se esperaría que sí actúen. “No voy a ceder. Voy a llegar hasta las últimas consecuencias”, advierte Monreal. Lo veremos.

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