El Martí que se transformó en militarista

¿Quién se hubiera imaginado hace 35 años cuando Martí Batres andaba de grillo y porro en la UNAM, que algún día se convertiría en jefe de Gobierno de la Ciudad de México y que además desde ese cargo sería promotor, impulsor y defensor de la militarización en la capital?

Glorieta de Colón

¿Quién se hubiera imaginado hace 35 años cuando Martí Batres andaba de grillo y porro en la UNAM, que algún día se convertiría en jefe de Gobierno de la Ciudad de México y que además desde ese cargo sería promotor, impulsor y defensor de la militarización en la capital? La gran incongruencia es que siempre dijo que luchaba contra los abusos del poder, ejemplo que los militares anduvieran por las calles. Ayer, a pregunta expresa, Batres insistió en que la Guardia Nacional (más del 90% son militares) en cualquier momento podría volver a vigilar en el Metro, ahí entre los millones de pasajeros que todos los días ocupan este sistema de transporte. Y como si fuera una amenaza, añade sobre la Guardia Nacional: “Si la requerimos, la llamamos”. Ojalá no esté pensando también utilizarla para fines poselectorales en 2024, porque con eso de que no les gusta acatar las resoluciones del INE ya no sabe uno qué pensar. El amnésico Batres no se percata que ahora sus posturas son de derecha, y los de derecha tienen un discurso de izquierda, al estar contra la militarización. El poder los transforma a conveniencia, ni duda cabe.

 

‘Roban’ restos humanos

Hay dos hechos que de verdad están para no creerse. El primero: que en los panteones de la CDMX se roben restos humanos, principalmente en los que se ubican en las Alcaldías del oriente de la capital. Ya no son casos atípicos como el del bebé Tadeo que habría sido exhumado de un panteón en Iztapalapa y luego su cuerpo fue hallado en un basurero cerca de un reclusorio en Puebla. Ahora el PAN en el Congreso denuncia esta situación, pues advierte que ya hay otros casos, como la profanación de una tumba en el panteón de San José Iztacalco. El otro hecho que resulta inverosímil, aunque no debería asombrar, es que las autoridades de las Alcaldías, principalmente de Morena, y de la Fiscalía capitalina no reconocen el problema y por ello no investigan.

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