Claudia: ¡bienvenida a la realidad!

Esta frase, pronunciada ayer por la todavía jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum es el punto de partida de las intensas batallas que vendrán en los próximos días, y que comienzan con designación de su sustituto.

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea


“He tomado la decisión de separarme del cargo de forma definitiva el 16 de junio del presente, con el fin de llegar a ser la primera mujer en la historia de México en encabezar los destinos de la nación”.

Esta frase, pronunciada ayer por la todavía jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum es el punto de partida de las intensas batallas que vendrán en los próximos días, y que comienzan con designación de su sustituto, los reacomodos que este hecho provoque en el Gabinete de la capital, el rebote en el Congreso de la Ciudad de México. Esas variables, con más o menos agitaciones políticas, las puede controlar el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero hay otras que sí pueden afectar la imagen de Sheinbaum, por ejemplo, todos los pendientes que dejó en su administración de cuatro años y medio, sobre todo los que tienen que ver con incumplimiento a organizaciones sociales que son afines a Morena, movimientos de ciudadanos inconformes, como la clase media, el descuido del Metro, la falta de justicia y exigencia de mayor seguridad pública, o el caso del desplome de la Línea 12 del Metro, que no reabrió, a pesar de las promesas.

Otra dificultad será la oposición a Morena, que podría aliarse o dejarse utilizar por los competidores de Sheinbaum, y armarle –si no es que ya los tienen– expedientes de corrupción, desvío de recursos públicos y múltiples descuidos en su administración, errores, dispendios; en general haber desatendido su función durante los últimos dos años que se ocupó más de hacer campaña que de gobernar.

Para Sheinbaum, paradójicamente, lo que parece su fortaleza puede ser su debilidad: es considerada como la “corcholata” favorita del presidente y encabeza las encuestas, por lo que el tiro al blanco irá contra ella. Es la rival a vencer.

Apenas se supo que va a solicitar licencia y le brincó al gobierno de nun tema que no resolvió con comerciantes establecidos en la Avenida Tláhuac –única vía principal de esa Demarcación que conecta con el centro de la capital–, y que tiene que ver con el desplome de la Línea 12.

Son 205 comerciantes agrupados en “#SoyOtraVíctimaMás de la Línea 12”, quienes acusan que han sufrido el daño colateral por la tragedia del 3 de mayo de 2021, a grado tal que han tenido que cerrar sus negocios. Ayer advirtieron que si no les resuelve de inmediato el secretario de Economía, Fadlala Akabani, van a ir a protestar a la casa particular de la propia Sheinbaum. Ellos piden que como compensación les paguen 48 meses de 2 salarios mínimos, lo que asciende a 298 mil pesos por cada uno de los 205 comerciantes, para un total de 60 millones de pesos. Akabani sólo les ofreció 25 mil, pero no de apoyo, sino como crédito blando, lo que consideran insuficiente, porque además no hay fecha de reapertura: primero dijeron 6 meses, luego un año, luego 2 años que ya pasaron. No hay para cuándo.

Tras su salida del GCDMX, Sheinbaum necesita mano dura para que le cuiden las espaldas, porque ella estará en campaña y tiene de sobra adversarios –eufemismo de enemigos– que no la quisieran ver como candidata, y que buscan repetir lo que hicieron con la favorita de López Obrador para presidir la Suprema Corte, Yasmín Esquivel, a quien desbarrancaron. Es decir, muchos grupos de poder, formales y fácticos, acaso ya no podrán evitar que gane Morena, pero prefieren a Marcelo Ebrard, porque están convencidos que Sheinbaum es la reelección de AMLO. Lo veremos.

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