Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Las comparecencias de los alcaldes de oposición para el Presupuesto de Egresos 2026 dejaron en claro cuál es la estrategia de cada uno en su relación con las autoridades de la CDMX, emanadas de la 4T.
Esto abre una reflexión sobre cuál es la mejor estrategia para los alcaldes de oposición. Son cinco: tres optaron por impulsar su proyecto de gobierno de la mano de la autoridad de la capital: Carlos Orvañanos, de Cuajimalpa; Luis Mendoza, de Benito Juárez, y Giovani Gutiérrez, de Coyoacán, quien logró su reelección en 2024 precisamente también por esa estrategia no pelear.
Todos fueron candidatos del PAN y el PRI. Desde 2021 que ganó, Giovani construyó una buena relación con la entonces jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum. El régimen le devolvió el buen trato. Hay quienes ven con extrañeza que alcaldes de oposición se alíen al Palacio del Ayuntamiento, pero tienen su lógica positiva: les ayuda a darle mejores resultados a la gente y a menguar la polarización que lleva más de 7 años en el país.
Los dos alcaldes duros de la oposición, que mantienen rispidez con autoridades de la 4T, de ida y vuelta: Alessandra Rojo de la Vega, de Cuauhtémoc –quien se asume sin partido, y Mauricio Tabe, de Miguel Hidalgo. Ellos se hacen llamar “la resistencia”, que planea evitar, dicen, una dictadura en el país.
A Orvañanos le ha ido bien trabajar con la jefa de Gobierno. Cuando asumió la Alcaldía se encontró con el desastre que dejó Adrián Rubalcava en sus casi 12 años de caciquismo. Los dos problemas mayores eran la extorsión y la inseguridad, porque el cuerpo policial de la demarcación estaba putrefacto. Orvañanos tenía la alternativa de pelearse con la jefa de Gobierno y echarle todo el tiempo la culpa al pasado, lo que ponía en riesgo los resultados, o aliarse con ella y resolver los problemas que le heredaron. Optó por la segunda.
Parte de la estrategia de Orvañanos es su discreto perfil. Gobierna en el territorio, no en las redes sociales ni en los medios. Esto le permitió en este primer año colocar y consolidar a Cuajimalpa como la segunda Alcaldía más segura de la capital. Le fue bien en su mesa de trabajo con diputados.
La comparecencia de Luis Mendoza también fue sin aspavientos. Crítica moderada, sin afán destructivo. A diferencia de su antecesor, él ha mantenido una relación de cooperación con todo el aparato de Morena. A veces pareciera que recibe más críticas de sus compañeros de partido que del oficialismo. Mendoza ha mejorado más aún la percepción de qué tan segura se siente la gente en la demarcación, y alcanza el 84.4%.
Giovani Gutiérrez tendrá un año difícil en 2026. Tenía que ir aún más de la mano con el Gobierno capitalino y el Federal, pues será la principal demarcación sede del Mundial FIFA. Ahí se encuentra el Estadio Azteca, donde se jugarán la inauguración y otros cuatro partidos. Esto llevará a cientos de miles de turistas a la demarcación, con una potencial derrama económica que podría superar los 11 mil millones de pesos, según estimó él mismo. En su comparecencia, hasta su principal crítico, el diputado Paulo García, estuvo sedita.
Con Alessandra y Tabe la relación es muy ríspida. El 2026 será clave para ver qué estrategia va funcionando mejor, porque ella, Orvañanos y Mendoza aspiran a reelegirse y a estar en la pelea para 2030. Lo veremos.
